Por
Javier Llorens y Mario Cafiero.
¿POR QUÉ SE QUIERE DEROGAR LA LEY DE SUBVERSIÓN ECONOMICA?:
Para eludir la responsabilidad de la banca internacional y del FMI en el
vaciamiento del Sistema Financiero argentino.
”Este
problema de la Argentina se esperaba, y entonces dio tiempo a que los inversores
se acomodaran, y así encontró a los bancos, especialmente,
con poca exposición, porque había dentro de las carteras de
inversores mayor discriminación y diversificación”.Anne Krueger,
subdirectora del Fondo Monetario Internacional
”...a
diferencia del gigante energético ENRON, que tomó a todos
por sorpresa, la caída argentina fue en cámara lenta y no
agarró a inversores desprevenidos: esto nos lleva a pensar en Wall
Street que la calidad y transparencia de información en los mercados
emergentes es superior a la del propio mundo corporativo norteamericano”.
Walter Molano analista del BCP’s Securities
Las
organizaciones financieras internacionales no son neutrales. De hecho están
mas o menos directamente vinculadas a los intereses de los grandes grupos
de capital, como si fueran negociantes de ellos”. Alan Freeman, economista
norteamericano.
”En
el 2001 los inversores extranjeros que habían ayudado a paliar el
déficit argentino se llevaron el dinero a cualquier otra parte”.
Mario Blejer, funcionario del FMI y actual presidente del Banco Central
de la República Argentina.
El
presente es un Resumen del informe elaborado en base a los Balances Patrimoniales
de las instituciones del Sistema Financiero presentados ante el Banco Central
de la República Argentina, tiene por objeto hacer un aporte para
el esclarecimiento de los hechos que provocaron la presente debacle económica
y financiera de la Argentina, a partir de un análisis del movimiento
de las cuentas patrimoniales de los bancos que operan en el sistema financiero
nacional.
Las
principales conclusiones que hemos arribado, sin perjuicio de posteriores
resultados de investigaciones en marcha, nos permiten afirmar que :
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Luego
de haber operado durante varios años un sistema de capitales especulativos
de altísima rentabilidad bajo la cobertura del seguro de cambio
de la convertibilidad, la banca privada consumó desde marzo a noviembre
2001 un monumental proceso de vaciamiento del Sistema Financiero.
-
La
cuenta de los balances de los bancos que refleja esta maniobra es “Otras
Obligaciones por Intermediación Financiera”, que cayó nada
menos que 25.049 millones de $/u$s o sea un retiro del 42% de las fuentes
de financiamiento o fondeo de las actividades de intermediación
financiera por parte de los propios bancos.
-
Los
balances desmienten el argumento que el establishment financiero ha impuesto
de atribuirle enteramente la responsabilidad del colapso a “los ahorristas
que no habrían renovado sus depósitos”, ya que si bien se
registra una importante caída de los Depósitos 18.625 millones
de $-U$S, esta se produjo de manera suave a lo largo del 2001 y no fue
el rubro mas importante o determinante de la crisis. El 57% del monto
de los depósitos atrapados en el corralito corresponde a ahorristas
de menos de 50.000 U$S-$ es decir aquellos con menor acceso a información
financiera especializada.
-
Se
puede apreciar claramente en el análisis de tendencias que desde
Febrero a Noviembre de 2001, los Activos y Pasivos de los bancos cayeron
a un ritmo de 5.000 millones $/u$s mensuales, mientras que los Depósitos
solo lo hacían a un ritmo de 1.800 millones, y los Préstamos
a 860 millones al mes. A la par las cuentas “Otros Créditos” y
“Otras Obligaciones” caían a un ritmo de 3.866 y 3.110 millones
de $/u$s al mes respectivamente.
-
Durante
la gestión del ministro de Economía Domingo Cavallo, desde
marzo a noviembre 2001, la disminución de los activos de los bancos
privados explican mas del
83 % de la caída total del sistema, y la de los 10 Primeros bancos
privados explican el 59 % del total del mismo. Cabe apuntar que la designación
de Cavallo fue recibida ´”eufóricamente” por los representantes
de los grandes bancos extranjeros, encabezados por el “emblemático”
David Rockefeller, del Chase Manhatan Bank, y secundado por David Muldord,
del Credit Suisse - First Boston, Willian Rhodes del Citibank, y Robert
Mac Namara, ex secretario del Tesoro norteamericano, quienes viajaron
especialmente a Buenos Aires en esa ocasión, para felicitar a De
la Rua por esa designación. (Página 12, 23/3/01).
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Los
capitales internacionales mediante una estrategia anticipatoria de la
crisis realizaron una “retirada silenciosa y ordenada”, para reducir sustancialmente
su exposición al riesgo argentino. En el sector privado bancario
la caída del 30,1% de los Activos solo produjo una disminución
del 2,2% de sus Patrimonio Netos, revelando haber tenido un verdadero
“blindaje” frente a la crisis, que en cualquier otra actividad habría
generado cuantiosas pérdidas.
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Llama
poderosamente la atención el volumen de las cuentas Otros créditos
y Otras Obligaciones y la diametral diferencia de comportamiento entre
la banca pública y privada en estas cuentas. La caída de
estas cuentas en la banca pública fue de solo 4,9% mientras que
el la banca privada fue del 48,5%..
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Parece
que hubiera dos sistemas financieros: uno formal de depósitos y
préstamos y otro configurado como una gigantesca “mesa dinero”
cuyas operaciones se registran dentro de estas megacuentas “Otros”, que
como las alfombras sirven para esconder mucha suciedad. Estas operaciones
financieras mayoristas comprenden las operaciones de financiamiento al
sector público, operaciones de pases de títulos, de compra
y venta de divisas a término, de operaciones interbancarias, es
decir de toda la parafernalia de transacciones de la “patria financiera”.
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Otra
prueba importante que certifica la operatoria de una retirada “ordenada
y silenciosa” por parte de la gran banca privada, son los movimientos
que registran en sus balances las denominadas Cuentas de Orden. El movimiento
de cuentas individual más importante es del Citibank donde el saldo
de las Cuentas de Orden baja de 27.228 a 17.867 millones de pesos/dólares,
una disminución en menos de un año de 9.362 millones, seguido
por el BankBoston, que redujo esas cuentas a menos de la mitad, al pasar
de 16.722 a 8.041 de pesos/dólares.
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El
“Blindaje” de Diciembre 2000, el “Megacanje” de Junio de 2001, el “Salvataje”
de agosto de 2001, y el “Canje y conversión de deuda en títulos
a préstamos garantizados” de noviembre de 2001 fueron las acciones
que de manera directa o indirecta puso en marcha el FMI o fueron aprobados
por este, pese a que desde hace varios años estos “salvatajes”
venía siendo severamente cuestionados porque la ayuda de los organismos
internacionales terminaba resolviendo en realidad el problema de los banqueros,
y no de las economías de los países en crisis.
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El
capital financiero especulativo pudo armar nuevamente una estrategia “silenciosa
y ordenada” de salida, porque el “orden” fue provisto por las asistencias
del FMI y el “silencio”, o sea la complicidad de las autoridades del Banco
Central de la República Argentina, los gurúes de la economía
y de los grandes medios de comunicación, especializados o no. Estos
estaban más ocupados en demonizar a la dirigencia política
para obligarla a los ajustes del “déficit cero”, que en ocuparse
de discutir el “riesgo mora cero” de los banqueros que habían prestado
a usurarias tasas de interés.
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En
todas estas operaciones de crédito del FMI, tuvo una especial intervención
su ex número dos, Stanley Fischer, considerado por algunos medios
especializados como un “amigo” de Argentina. Tras abandonar su alto sitial
en el FMI, Fischer pasó inmediatamente a desempeñarse como
vicepresidente del CITIGROUP, razón por la que cabe preguntarse
de quién era en realidad “amigo” el Sr. Fischer .
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La
“retirada silenciosa” de los bancos e inversores extranjeros tuvo dos
movimientos, uno el retiro de las inversiones locales, y el otro el desembarazamiento
de los títulos de la deuda que estaban en el exterior. ¿Si
en Nueva York la debacle financiera Argentina no produjo daño,
porque allí no estaban buena parte de los títulos, entonces
donde estaban? : el único lugar en el que podían encajarlos
era en Argentina, puesto que es el único lugar del planeta en que
circulaban, pese la caída de su cotización. Los efectos
de ese proceso de internalización de deuda externa se puede observar
en concreto en los resultados de la conversión de la deuda del
decreto 1387/01, con el que se transformó en préstamos garantizados,
a la gran mayoría de los u$s 30.000 millones en títulos
emitidos para el megacanje, junto a otros títulos de la deuda,
superando su total los u$s 40.000 millones.
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Con
el Plan Bonex, la gran banca emprendió decididamente la ultima
fase de la maniobra, con el cual parte de la deuda externa del Estado,
pasará a ser deuda del Estado con los depositantes domésticos,
quedándose de esta manera los bancos con la crema de los Títulos
Públicos en dólares, a cambio de contraer una deuda con
el Estado en pesos, que a la cotización actual de $ 3,30 por u$s,
representa un aumento de la deuda neta al día de hoy, que llegaría
a 100 mil millones de pesos Se aprecia que la tenencia de los Títulos
Públicos en el total del Sistema Financiero, solo alcanzaría
para cubrir el 24 % del total de los Depósitos, y solo el 36 %
de Depósitos en dólares.
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Si
el vaciamiento del sistema financiero, hecho en el curso del año
2001 a la vista y paciencia de las autoridades que debían evitarlo,
no es “subversión económica”, nos preguntamos cuando se
produce esta. No es casual que la reforma y/o derogación de la
ley de subversión económica, sea coincidente con la remodificacion
de la ley de quiebras, y el plan Bonex II, conformando esto un tríptico
exigido perentoriamente por el FMI. Ese conjunto de disposiciones son
una elocuente muestra de una curiosa forma de capitalismo, donde los banqueros,
exceptuados de la ley de quiebras, pueden no pagar fraudulentamente sus
deudas, quedando comercial y penalmente impunes, con la derogación
de la ley de subversión económica; y a la par pueden exigir
cumpulsivamente el cobro de sus acreencias, o quedarse con los bienes
de sus deudores. Un enorme contrasentido respecto el supuesto espíritu
que guía el sistema, que viola el principio constitucional de igualdad
ante la ley, pero que muestra el verdadero rostro de un sistema financiero
de rapiña.