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Ciudadanos, Vecinos y Compatriotas Argentinos.

Nuestro País, y por supuesto nosotros (el Pueblo), estamos indiscutiblemente sumergidos en una situación crítica y límite, a lo largo y ancho de la República, casi en un estado de letargo agónico. Veamos unas muestras:

a) Duhalde y el gobierno de la prepotencia y corrupción no sabe ya que hacer, se quieren ir. Lo que es bueno para Argentina es malo para ellos. Por eso, tenemos certeza, no van a hacer lo que deben hacer.

b) Se nos miente descaradamente como si fuésemos distraídas criaturas. Se nos dice que lo peor ya pasó, lo cual es falso, la menor actividad económica de Mayo se acentuará en Junio, Julio y eventualmente nada funcionará. Se pretende disfrazar la economía, que ya entró en una espiral recesiva que conduce a una implosión de extrema pobreza y a la disgregación de la Nación.

c) La Constitución y la Ley no prevén salidas ordenadas para situación en que el poder superior (los que se dicen representantes del pueblo) haya sido tomado por delincuentes, valiéndose de falsas promesas y mentirosa prepotencia. No hay forma legal de sacarlos antes que expiren sus mandatos.

d) Cada día más vecinos nos indican que ha llegado el momento de actuar en defensa propia como lo autoriza la ley. Se nos pide que el MCA actúe con liderazgo en esta instancia.

Liderazgo del MCA:

Como consta en los objetivos de nuestro Movimiento (ver nuestra Página en Internet http://usuarios.lycos.es/cambiemosargentina/), no somos partido político, ni representamos las ideas de ninguna organización, ni nos mueven ideologías de izquierda o derecha. Somos ciudadanos Argentinos decididos a no quedar esperando el nuevo despojo que nos imponga este gobierno. Hemos dicho “¡Basta!” Y estamos activamente defendiendo lo poco que nos han dejado de dignidad y orgullo en ser Argentinos. ¡Maldita clase dirigente política! Se hincan de rodillas pidiendo mas dinero prestado, para seguir con el robo de sus mafias, como drogadependiente de una alquimia corrupción, en vez de atender con patriotismo el dolor de este Pueblo. ¡Malditos sean! Son tan despreciables que no se deberá aplicar a ellos jamás un estatuto de limitación, ni se deberá permitir que ningún velo de perdón los esconda de ésta y futuras generaciones.

La Constitución Nacional es continuamente violada por quienes tienen el deber de representarnos por mandato soberano –del pueblo-, y respetarla y hacerla respetar por encima de todas las cosas, por juramento ante Dios y la Patria –nosotros-.

El freno a esta violación es la Justicia, que si actuara en forma independiente según su mandato, pondría fin a este delito antes de que todo un pueblo sufriera las nefastas consecuencias de dicha traición.

Pero el actual sistema judicial “avala y protege” esos delitos. La justicia actúa contra la Ley Suprema. ¿Cómo se remedia esta situación de sometimiento en una Nación?

Ni la Constitución ni las Leyes contemplan tremenda anarquía genocida que opera contra los intereses de la Patria cuando están afectadas todas las instituciones y son cómplices todas de ese delito. Corresponde entonces al pueblo soberano, dueño del conjunto de su territorio, restaurar el orden Constitucional en ejercicio de su propia defensa y la de su Nación.

La ley contempla el derecho a la propia defensa: la acción de última instancia cuando se presiente peligro de muerte. Si no podemos comprar remedios, si los hospitales no funcionan, si no existe policía confiable para defendernos del crimen galopante, si no hay empleo para asegurar nuestra subsistencia... ¿qué mas que muerte lenta y dolorosa y ver nuestros hijos afectados de malnutrición, podemos esperar?

Tampoco somos adeptos a la barbarie del terrorismo ni incitantes a la violencia. Pero, ¿podemos quedarnos pasivos e indiferentes? En cada uno de nosotros está la responsabilidad de buscar la salida de esta situación antes que se produzca el fin.

El rechazo como resistencia está en marcha.

1.- No estamos solos. Estamos actuando todos, movidos por nuestro deseo de preservación, en forma individual, y sin necesidad de organizadores. Los Argentinos sabemos que hacer.

Hemos iniciado la recuperación de nuestro País: el gobierno de los corruptos no podrá gobernar. En la privacidad de sus cuatro paredes que le queden, cada Argentino, sin necesidad de instrucciones, ni organización, está protegiéndose: no comprando, no invirtiendo, no pagando, o simplemente, cruzándose de brazos. Ningún plan económico que nos impongan, con o sin mayores deudas contraídas, podrá funcionar, pues la Gente no les tiene confianza. Duhalde, después de despotricar y destrozarlo, volverá a algún sistema de dolarización, pero esta vez, los dólares los depositaremos lejos de las garras del gobierno corrupto. Así... como los dólares entren, se irán. Con corruptos en el poder, los Argentinos ya no se embarcarán con ningún plan. Los corruptos nunca entenderán que sin nuestra confianza, nada... ¡nada! les funcionará.

2.- No es suficiente. Nuestro rechazo pasivo, no les hace la vida fácil a los corruptos, pero no los erradica. Ellos, por ahora, se conforman con subsistir sin perder privilegios. Pero nuestras familias, y su futuro merecen un esfuerzo adicional. No podemos seguir con un País postrado.

Estamos aprendiendo que no hay salvadores milagrosos; que nuestra responsabilidad es también protegernos; que nada se nos regala ni se nos da; que nuestro trabajo para asegurar un futuro digno no acaba cuando termina nuestra labor diaria. Debemos tomarnos el trabajo adicional de controlar y exigir a quienes nos representan.

Nuestra misión ahora es forzarlos a que nos devuelvan los partidos, el poder de elegir representantes idóneos y éticos, y que después enfrenten la justicia sana que pondremos en funciones.

¿Cómo recuperar nuestro País?

Los políticos incluyendo sindicalistas y otros jerarcas mafiosos que apareciendo como testaferros, o desde las sombras, ostentan el poder, están convencidos que no serán castigados por su delito de alta traición a la Patria. Preguntémonos, y pensemos: ¿cómo actuarían si dejaran de sentirse seguros con respecto a su impunidad? ¿Cómo podemos quitarles la seguridad de su impunidad?

Que les quede claro: Somos pacíficos, pero no esclavos encadenados. Tenemos el derecho a la defensa propia y al control de quienes dicen representarnos. Estamos listos para ejercerlos.

¿Qué se puede hacer?

Podemos vigilar a cada corrupto, y registrar y denunciar sus acciones. Cada uno de nosotros, dispuesto a ese esfuerzo adicional que ahora es necesario, podrá elegir un corrupto y convertirse en su “observador y fiscal permanente”: Aprender sus movimientos, estudiar sus discursos, sus propuestas, sus acciones, saber de sus fechorías, de sus infidelidades. Los corruptos sabrían que están siendo vigilados, de cerca y cuidadosamente, que no tendrán cuevas donde esconderse si llegase el fin al que nos están llevando.

Como en el caso de la resistencia pasiva, vigilar la actuación y movimientos de los corruptos no requeriría ninguna organización especial. Cada uno de nos usaría su propio criterio, individualmente o en grupo de amigos. Si cada uno de nosotros elige vigilar a solo un corrupto en el poder, como somos muchos Argentinos, todos ellos estarían vigilados de cerca. Si llegase el terrible fin previsto, al que conduce este camino, cada uno de nos decidiría las acciones que correspondan: estaríamos en pleno naufragio.

Decir que es lo que dicen y después no hacen, denunciarlos legalmente, periodísticamente, informándonos a nosotros que lo trasmitiremos de todas formas posibles y a nuestro alcance, ya que no tener medios, no significa, que no lo hagamos aunque sea de boca en boca.

En el próximo comentario, sugeriremos algunas resoluciones mínimas que debemos exigir de esos sinvergüenzas, aún antes de renunciar y querer salvarse como lo ha hecho el corrupto Alfonsín.

MCA

...Defensa Propia - <MCA>