La Argentina está viviendo una dictadura disfrazada de Democracia, la cohersión a los medios por parte del gobierno es cosa de todos los días. Leyendo, la desactualizada lista de jubilaciones de privilegio, observo que hay casi tres diputados por cada privilegiado… mientras sigamos tragando veneno y ocupándonos de minucias no vamos a solucionar las cosas. Además, leo que “…hay gran preocupación en el gobierno por la posible desobediencia civil…” y me doy cuenta entonces, que no hay quien nos defienda y hasta que no haya resistencia civil, como por ejemplo negarse a pagar los impuestos y/o cerrar todos los negocios, no nos van a prestar atención. A la actual dirigencia, para variar, no les importa nada. Nuestros dirigentes son muy ignorantes y mezquinos, justamente esto los puede parar porque es meterle la mano en los bolsillos, que es lo único que les duele (con el tema de las dietas quedó confirmado nuevamente). Lo dijo Duhalde el otro día: “No estamos preocupados por los cacerolazos, esa es gente buena que... bla…bla…bla... estamos preocupados por los infiltrados… (que son los que rompen todo)”.
El asunto con el fondo está que arde y no quieren entrar en razones, no hacen más que pelearse. Ahora están ofendidos, porque el jefe del fondo dijo que había que compartir los sacrificios y sólo se insultan entre ellos. No nos engañemos, el FMI es más poderoso que la Argentina y no es una institución de caridad. Con ese orgullo propio de la ignorancia, no hacen más que empeorar la situación. El fondo no les va a dar ni la hora, si no es en sus condiciones, y sin ellos estamos perdidos. Son tan brutos que no se dan cuenta, no podemos seguir aislándonos aunque debemos mantener una autonomía operativa.
Pienso, como alternativa, que tendríamos que hacer circular la intención de no pagar los impuestos para que llegue a sus oídos, quizás sería mejor amenazar como primera etapa y decir en el volante algo así como:
Qué nos van a hacer:
¿Cortarnos el teléfono?
Que lo corten.
¿Cortarnos la luz?
Que la corten.
¿Obligarnos a trabajar?
Igual no tenemos trabajo, y los pocos que tienen algo, están jugando a cerrar los ojos y esperar a que les toque a ellos.
Todo eso no entra en el NO PAGAR IMPUESTOS, que finalmente podría ser considerado rebelión, esto sería “promocionar” la dignidad…
Y como segunda etapa, decir, que no vamos a pagar los impuestos.
Tenemos, que distribuir estas ideas a través de volantes en las reuniones y, darles unos cuantos a cada uno para que los re-distribuyan, además de comunicarlas a través de Internet para que se convierta en una cadena. Considero, también, que debemos darle un sentido a la acción, algo así como: Si no hacen tal cosa entonces hacemos esto.
No creo que sólo como protesta genérica tenga validez.
Se me ocurre, que como protesta masiva y eficaz esto puede generar el derrumbe del duhaldismo... el problema es: ¿Qué viene después?
No puedo dar una pauta porque ahí empezamos a discutir ideologías. Si a mí me preguntan, no tendríamos que haber devaluado y deberíamos haber regulado las facetas del mercado que estaban mal. Por ejemplo, todos sabemos que las tarifas de los servicios públicos eran altas, pero un salario de un dólar la hora no. Ahora el salario se va a ir a 50 o 60 centavos y las tarifas van a terminar siendo en horas de trabajo aún mas caras que antes. Pero hubo una campaña masiva que nos hizo creer a todo el mundo que el diablo era el sistema económico y no es así. El diablo fue y es el gobierno que gasta más de lo que puede y aunque devalúen 30 veces, es solo un efecto multiplicador. Ahora un billete de un peso todavía vale algo como hace 50 años… y hace 20 ya había billetes de un millón que no valían nada. ¿No va a pasar lo mismo nuevamente? Démosle tiempo.
Hay proyectos dando vueltas tanto de la izquierda como de los más conservadores, algunos no son disparatados, por ejemplo el de diputada Carrió de crear un fondo con las deudas de las empresas. No coincido con su forma de plantearlo, porque esta hecho bajo una lupa socialista/estatista que no, desde mi punto de vista es anacrónica. Pero sí, se puede rescatar la idea de que se le vendan esas deudas a la banca privada, la internacional por supuesto, porque es mucha para que lo pueda digerir la banca nacional. La banca compra las deudas a largo plazo de YPF, Telefónica, Pérez Companc, etc. y con esa plata se devuelven TODOS los depósitos, cajas de ahorro, cuentas corrientes, etc. en pesos y en dólares sin estafar a nadie. Ojo, no va a alcanzar porque el déficit que tienen entre los préstamos buenos y los malos, es lo que le han prestado (forzosamente) al gobierno que se los patinó y ahora no puede pagar. Los números exactos no los sé, ni los sabe nadie…
Igualmente surge la cuestión, sobre si todavía queda en el mundo alguien que quiera comprar estas deudas, después de ver como en la Argentina no se cumple con ninguna ley y, las pocas que se mantienen, el gobierno las borra o desestima cuando son contrarias a sus intereses o a los de sus oportunistas “socios”…
Toda esta digresión es una idea, una opinión, nada más… y estoy con ganas de escuchar varias para poder elegir la menos dolorosa y más viable.
Entonces, la pregunta del millón: ¿Cómo empezamos de vuelta?
No es mejor más de lo más mismo.. piensan muchos.. ¿Qué algo nuevo?
Esta es la duda de la gente de clase media, nosotros, porque todavía tenemos para puchos, para el cine de miércoles y para un vino de 7 pesos en los cumpleaños…
La respuesta principal, es que a duras penas vivimos en democracia y, tenemos la posibilidad de votar aunque el gobierno diga que no estamos preparados ahora para ello ( o será que los políticos no se pueden poner de acuerdo en un lapso de tiempo tan corto para seguir con sus “negociados”… o será que en este momento el voto de la gente puede llegar a sacarlos de circulación definitivamente), entonces no debemos permitir que nos impongan a los gobernantes, desde un Congreso corrupto y no representativo de los intereses de la mayoría… por lo tanto ilegítimo.
Nicolás Novoa